Pseudoblog de la materia Propedéutica de Textos, carrera de periodismo y opinión pública de la Universidad del Rosario

viernes, 8 de octubre de 2010

Conformismo a la colombiana

El 6 de octubre asistía a una entrevista que Nicolás Samper, director de la revista Fútbol Total, le realizó a Carlos “El Pibe” Valderrama, uno de los emblemas históricos del fútbol colombiano. El motivo de la entrevista era presentar un campeonato de fútbol aficionado, patrocinado por Samsung, el cual le va a dar como premio a un jugador juvenil la oportunidad de probarse con el Chelsea, uno de los equipos más importantes del mundo.

Una de las preguntas que le realizó Samper al Pibe fue la siguiente: ¿cómo convencer a un joven de 16 años de seguir adelante después de haber probado en el Chelsea? Esto insinuaba el riesgo latente de que un jugador, al probar en un club de la Premier League que ha llegado a la final de la Liga de Campeones de la UEFA y que ha contado con jugadores que se encuentran entre los más rutilantes de la actualidad del fútbol mundial, consideraba que ya no tenía que hacer más. Un chino de Tumaco, Buenaventura o Ayapel podría considerar que llegó ya a la cima del mundo y no importaría nada más, ya le puede contar a los hijos que estuvo en pruebas en el Chelsea.

Es lamentable ver que esto es algo muy común para los colombianos, y no sólo respecto al fútbol.  Es muy común: la gente en este país tiene la tendencia a ser muy mediocre. Pero MUY mediocre. Acá, es cosa de todos los días ver cómo las personas tienden a conformarse con pendejadas como el bachillerato, un contrato por 6 meses o un apartamento en el Tunal. Un jugador de fútbol toca el cielo cuando llega al Cartagena. Y esta mediocridad se ve en nuestros resultados: celebramos un quinto puesto, una eliminación en cuartos de final.

Las frases de la gente que no se preocupa por el futuro también son símbolos muy poderosos. Escuchar a alguien decir en Transmilenio “no, no me gusta el trabajo pero es eso o quedarme en la casa”... tener que aguantar cuatro años de la peor alcaldía del país porque “todos son iguales”… incluso, tener que ver cómo la Selección Colombia no puede superar al Bolillo Gómez porque “él sí nos clasificó al Mundial”… como si el Pibe, el Tino, Rincón, Iguarán, de Ávila, Higuita, Córdoba y Mondragón hubieran sido unos pintados en la pared.

Ojalá este país pudiera potenciar su propia impresión y darse cuenta de sus potenciales. Acá decimos “tenemos las playas más lindas, el mejor café, la mayor cantidad de aves”. ¿Y la gente? “Ah, es que Colombia es pasión”. ¿Y eso tiene algo que ver? Acá se celebra que tenemos a García Márquez, Botero, Juanes, Montoya y el Pibe. Y se dice que los colombianos somos “unos verracos”, pero porque nos aguantamos todo, y siempre conseguimos lo de sostenernos en donde sea. Los colombianos no nos quedamos varados en ningún lado, pero tampoco nos matamos para arreglar las cosas: con el simple desvare nos conformamos.

El mismo Pibe Valderrama, respondiendo la pregunta que le hizo Nicolás Samper, explicaba su éxito como una búsqueda para poder llegar a un objetivo mayor. Y después hablaba con legítimo dolor sobre su única frustración: no haber podido ganar el Mundial. Con 11 jugadores con la mentalidad del Pibe, hubiéramos podido ganar en el 94. Con 45 millones de personas con la mentalidad del Pibe, seríamos un país mucho mejor.

 Juan Manuel Reyes

No hay comentarios.: