Todo empezó un día lluvioso, cuando uno de esos profesores del colegio nos dice, lean ese cuento, y lo “vende” como el mejor cuento del mundo, porque él más que nadie sabe que después de terminar de leer ese libro su vida ya no será igual. Pues efectivamente me pasó eso, mi profesor de español, que más que un profesor era un amigo, me dijo –léete el cuento que se titula El Libro de Arena es excelente- y como buena “amiga” lo leí y efectivamente cambio mi vida, ya nada era lo mismo, y en mi cabeza rondaban siempre las mismas estúpidas preguntas ¿qué es el tiempo? ¿Para qué nos sirve eso que todos llamamos tiempo? ¿Acaso es lo que nos ayuda a llevar una vida más “agradable”? ¿O acaso nos limita? ¿qué es?
Pues la verdad nadie lo tiene claro y tampoco nadie lo quiere tener claro. Cuando alguien me pregunta qué es el tiempo, no sé en qué pensar, todos los significados se me viene a la cabeza, el tiempo (climático), el tiempo (periódico), el tiempo (años, mese, semanas, días), el tiempo (horas, minuto, segundo, milésima), entonces ¿quién me puede decir qué es el tiempo?, ¿cómo saber qué es el tiempo?
Todo, absolutamente todo, tiene la palabra tiempo o alguno de sus sinónimos escrito por algún lado, por ejemplo: hace mucho tiempo la gallinita tenía tres huevitos (cuento infantil o alguno de esos discursos de campaña electoral), pasa el tiempo y usted qué hace para… en cambio yo… (Campaña para salvar al mundo o para que lo reelijan), adelgace en poco tiempo, (clínica estética o documental de RCN y Caracol), detenga el tiempo y la caída del pelo (publicidad de remedio tailandés, chino, japonés o el noticiero de las 12) aprendí a quitarle al tiempo los segundos (carta de amor o canción de una “argentina”) y si no es la palabra tiempo tiene algo como: temporada, época, edad, hora, etc. Y así es toda la vida.
La verdad no sé por qué las personas nos complicamos tanto, no lo entiendo. Lo digo porque todas las personas permanecemos en un estrés constante, hay personas que dicen que el estrés llegó con el siglo XX, otros que con el XXI (la globalización, Primera Guerra Mundial y la depresión, la guerra civil, la llegada de Uribe, con la reelección, o con Mockus en los debates) pero eso no es verdad, eso viene desde hace mucho más tiempo, el estrés de Dios por crear un mundo perfecto, para personas semejantes a él, el estrés de Eva por no poder saber qué sabor tenía el fruto desconocido, eso es de toda la vida; igual pasa con el tiempo, siete días para la creación “perfecta”, al tercer día resucitó entre los muertos o después de cuatro años fue reelegido, estos hechos nunca se van a olvidar y vivirán en nuestra mente el resto de nuestras vidas gracias al tiempo.
Pero un momento, ¿cómo es posible que sí podemos olvidar a las personas de Haiti que de un DIA para otro ya no tenían nada? o ¿cómo podemos olvidar las “chuzadas” del DAS, AIS y todas esas movidas raras, o cómo podemos olvidar la letra de la canción “El Pájaro Picón Picón”? ¿será que también estamos programados para olvidar lo que no nos interesa saber?
Realmente esto no da pie con bola, esto no tiene ni un principio claro y menos un final, en realidad está peor que macondo. Y como para terminar a ver si ustedes también se leen ese cuento: “...Me dijo que si libro se llamaba el Libro de Arena, porque ni el libro ni la arena tienen principio ni fin”
María Paula Castro
María Paula Castro
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