Y Debes Comprar, faltó allí. Me estoy refiriendo a las nuevas pestañas que se encuentran en el nuevo diseño de la página web de EL TIEMPO. Ya se ha perdido la decencia de inducir a las personas a realizar determinada acción mediante estrategias publicitarias bien camufladas y el bombardeo constante de publicidad. No. Ahora lo dicen directamente y sin tapujos. Como si el mensaje no fuese lo suficientemente claro.
Si no sabes lo que EL TIEMPO dice que debes saber, eres un estúpido y un ignorante. No te encuentras al ritmo de la velocidad de las noticias y tu desconocimiento de la “realidad” puede ser un obstáculo para los demás. Si no haces lo que EL TIEMPO te dice que debes hacer, no estás en nada y no eres nadie. Porque no estás yendo a los lugares de moda, no estás comiendo lo que todos están comiendo y, por supuesto, no estás comprando lo que todos corren frenéticamente a comprar (se me viene a la cabeza la imagen del ingeniero civil o industrial o lo que fuera que, extasiado de orgullo, levantaba en sus brazos el primer iPad vendido en Colombia, con una enorme sonrisa en su cara marcada por el cansancio de esperar horas y horas para poder entrar al almacén). Y si no lees lo que EL TIEMPO tan gentilmente te pide que leas, estás desafiando al Pensamiento Único que José Obdulio, Fernando Londoño, Plinio Apuleyo y demás profetas de La Verdad defienden ferozmente en sus brillantes columnas de opinión. Te estarías convirtiendo en un hereje de la opinión pública, la cual dictamina si eres un colombiano de bien o un terrorista, un patriota o un chavista de mierda.
Y si obviamente no compras lo que no solo EL TIEMPO sino toda la publicidad te dice que compres, ahí sí que te terminaste de joder. Porque si no tienes un BlackBerry, estás aislado e incomunicado; si no escuchas tu música en un iPod (ojalá Touch) no estás escuchando música; si no vas a McDonald´s o a El Corral, no comes carne sino mierda. Comprar lo que los megáfonos de los grandes emporios empresariales te piden de manera tan explícita es lo que te hará feliz. No comprar es un sacrilegio, peor que escupirle al Papa en la cara.
Así que no queda sino agradecerle a EL TIEMPO y compañía por darnos una guía tan explícita de cómo debemos comportarnos. Si alguien no nos decía qué debemos hacer, a quién debemos endiosar en un pedestal, a quién condenar al olvido y a la injuria, qué es lo bueno y qué es lo malo, probablemente la sociedad caería en un caos, que seguro sería provocado por esos extremistas del Polo y del Partido Verde.
También hay que recordarles a los señores de EL TIEMPO que consideren la idea de la sección de DEBES COMPRAR. Ya se metieron en nuestras vidas cotidianas, nuestras decisiones y nuestras mentes, ¿por qué no se meten de una vez en nuestros bolsillos? Es la formalidad más lógica.
Juan Felipe Urrea
1 comentario:
De acuerdo. Parece que la política del tiempo es hacer explícito su opinión sobre los lectores, o sobre lo que deberían ser los lectores: unos estúpidos.
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